Los techos radiantes de Clima1
funcionan conforme a un principio natural, similar al efecto térmico del sol:
la radiación solar directa de un frío día invernal produce una sensación de
calor que, a pesar del frío aire ambiente, resulta muy agradable.
El efecto térmico del sol se
produce a través de ondas electromagnéticas. Al entrar en contacto con el
cuerpo humano, esa energía se transforma en calor. La calefacción por techo
radiante de Clima1 funciona según ese mismo esquema.
El efecto refrigerador de
los techos radiantes se basa en el mismo principio: en este caso, las personas
y los objetos que se encuentran en un espacio desprenden su calor a los techos
radiantes fríos.
Cuando se utilizan como
sistema de calefacción, por las placas radiantes del techo fluye agua caliente
que las calienta, tras lo cual transmiten gran parte de esta energía al
ambiente en forma de radiación infrarroja.
Dado que la energía no se transforma
en calor hasta que no entra en contacto con el cuerpo humano o con objetos y,
al contrario que en el caso de la calefacción por convención, no tienen que
calentar todo el aire que se encuentra dentro de la habitación, pueden trabajar
con bajas temperaturas de impulsión.
Así pues, la calefacción por
techo radiante es una solución energéticamente eficiente para calentar grandes
volúmenes y naves. Es posible lograr un ahorro energético de más del 40% en
comparación con sistemas de calefacción convencionales. Además, el calor
directo y uniformemente repartido gracias a la radiación, comparable con el
principio de una estufa cerámica, es percibido por las personas como muy
agradable.
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